domingo, 20 de septiembre de 2020

Noticias para un libro vivo. Lo que de verdad cuesta el oro







El pasado viernes, 12 de septiembre, morían unos 50 excavadores en el hundimiento de una mina de oro en Kamituga, en la provincia de Kivu del Sur (R.D. del Congo) Una conocida y reconocida agencia de prensa española, cuyas noticias sigo, lo publicaba (unas horas después de que lo hiciera @CongoActual, todo hay que decirlo) ilustrándola con la imagen de una mina de oro a cielo abierto, en este caso de Colombia

Pero no, la mina accidentada del Congo no era así, ni tampoco se corresponde con la imagen que seguramente tenemos en la cabeza de un gigantesco pozo por el que desciende un montacargas con los mineros que, al llegar al fondo, trabajan picando las paredes de las galerías subterráneas. La mina de Kamituga, como tantas otras del Congo, es una mina artesanal, y no una sino varias... Pozos cavados "a mano" por excavadores. Pozos estrechos en los que se va cavando, sacando la tierra, adentrándose verticalmente en las profundidades, sin que estos agujeros tengan ningún tipo de estructura o protección...

Las causas del hundimiento, en este caso de tres de esos pozos, fueron las lluvias torrenciales que deslizaron la tierra por lo que, literalmente, estos excavadores fueron enterrados vivos. Obviamente en otro país con un mínimo de derechos laborales y prevención de riesgos simplemente estos mineros no hubieran ido a trabajar tras esas lluvias, con ese flagrante riesgo de accidente mortal. En el peor de los casos, sus familias hubieran recibido una cuantiosa indemnización -aquí, de momento, son el equivalente a 5.000 dólares lo que van a recibir entre todas.

No olvidemos lo que de verdad cuesta el oro que quizá brilla en nuestro dedo anular, o en nuestra muñeca, marcando las horas, y que está dentro del aparato que estamos utilizando ahora mismo para leer esto. Cuando oigamos en las noticias económicas cosas como "el oro, como valor refugio, ha aumentado su cotización..." recordemos que es mucho más que dólares, euros o porcentajes lo que están costando obtenerlo, por mucho que a los compradores de materias primas les salga barato.

 

 

 

 

1 comentario:

  1. Supongo que el error de la foto habrá sido sólo por la prisa en publicar pero es verdad que la suaviza, la hace menos impactante llevándola al terreno de los meros accidentes. Lo del Congo no es accidente, es consecuencia; y diría que inevitable, casi obligatoria.
    ¿Sabes que cuanto más pequeño es el niño que se mete en la madriguera de la muerte más rentable es su trabajo? Significa menos metros cúbicos de tierra a extraer y más rapidez para llegar a la veta de mineral y extraerla.
    A veces, incluso, picar en una de esas ratoneras significa derrumbar involuntariamente otra que está a medio metro pero de la que nadie sabe su existencia porque no hay topógrafos ni planos y eguramente alguien morirá sepultado.
    Todo ello para nuestro "crecimiento" absurdo y demencial. En otro planeta sería complicidad en homicidio; en este se le llama progreso.

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