Es lógico que el poder absoluto se suba a la cabeza y que 32 años ejerciéndolo deparen ocasiones para mostrar esa megalomanía. Es el caso de Joseph Desiré Mobutu -o Mobutu Sese Seko, durante los años de la zairización- "guerrero todopoderoso", como significaba su nuevo nombre, pero siempre con los pies de barro y necesitado de ayuda de Occidente.
Sin duda, aunque hubo otras, la mejor muestra de hasta donde llegó su megalomanía y lo poco consciente que era de sus propias limitaciones es su singular proyecto de convertir al entonces Zaire en una potencia aeroespacial...
Unos alemanes, tan fantasiosos y, en el fondo, tan carentes de escrúpulos como él, le propusieron su proyecto de lanzar cohetes que pudieran poner en órbita satélites. Otrag (Orbital Transport und Raketen AG) se llamaba la pequeña empresa dirigida por Lutz Kayser, el encargado de "vender la moto" a Mobutu, lo que parece que costó poco. Mobutu les concedió, con uso hasta 2025, 100.000 km2 de selva casi despoblada -si bien disponían de la posibilidad, si hubiera hecho falta, de trasladar a sus habitantes...- para hacer todas las pruebas que quisieran.
El primer lanzamiento, realizado desde una rampa construida con árboles, fue un éxito. La empresa alemana había creado su propia compañía aérea, para transportar el combustible que necesitaban y ningún avión quería cargar, y un pueblecito donde trabajaron relajadamente, aprovechando el clima y el terreno, entre 1975 y 1979
Además de las presiones internacionales en uno y otro sentido, el proyecto acabó con un fracaso y un ridículo que reflejan estas imágenes. Los alemanes, inasequibles al desaliento, probaron suerte después en Libia, con Gadafi, pero eso es otra historia.
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